El martes 2 de noviembre su autor, Juan Lillo Simón, sociólogo especialista en co-educación, presentó el material ante las jefaturas de estudio de los institutos de la localidad, también acudieron al encuentro los concejales de educación y participación ciudadana.
Este material didáctico se divide en dos cuadernos, uno dirigido al alumnado y el segundo al profesorado. Se trata de una publicación que recoge el contenido de las sesiones que el propio Juan Lillo viene impartiendo desde hace 9 años en los 1º de la ESO de los institutos del municipio. Esta larga experiencia, tal y como explica Lillo Simón, convierte los talleres en una herramienta eficaz para el diagnóstico de los conflictos. Asimismo, la perspectiva de género que se adopta en su planteamiento hace posible distinguir el origen y las características del conflicto, diferentes en el caso de las chicas y de los chicos.
El auto-taller se compone de una serie de actividades que, a modo de fichas, la persona interesada las puede ir descargando y completarlas de forma autónoma. Tienen como objetivo ayudar a reflexionar y aprender habilidades para la mejor prevención y solución de los conflictos de convivencia. Propone el análisis racional del conflicto como oportunidad, identificando sus dimensiones comunes: expectativas enfrentadas, sentimientos tóxicos y procesos de competencia en la agresión. Permite al alumnado reflexionar sobre la historia de sus propios conflictos y proponer soluciones basadas en habilidades sociales: reconocimiento, comunicación, negociación y pacto.
La mayor parte del profesorado y alumnado posee suficiente competencia emocional y habilidades sociales para enfrentar y resolver sus conflictos de convivencia, aunque deja una amarga marca en la memoria; pero nada más. Sin embargo, hay quien carece de estas competencias y habilidades, y está llamado a representar con fatigosa frecuencia el papel de víctima o verdugo. Estas personas necesitan ayuda para salir del círculo vicioso de la violencia. Comprender que la agresión no es, nunca, solución legítima ni eficaz. Y que las dinámicas de dominación y sumisión son, siempre, indeseables.
Asumir la correspondencia como norma. Devolver favor por favor y cuidado por cuidado. No caer en relaciones asimétricas de poder. Evitar la dominación y sumisión, incluso como mal menor, porque son germen de violencia. Adquirir habilidades para la prevención y solución pacífica de los conflictos de convivencia. Es decir, educación para la paz bien entendida. Comenzando por la aceptación de uno mismo/a y los demás. El taller Competencia emocional y resolución de conflictos con perspectiva de género, dirigido al alumnado de primer ciclo de ESO contribuye a este buen fin.