El 29 de diciembre de 1978 es una fecha importante para los españoles, ya que inició su andadura nuestra Constitución la norma suprema del Ordenamiento Jurídico Español a la que todos estamos sujetos y a la que le debemos el máximo respeto.
Pues bien si la Constitución fue y es importante, más lo fue la titánica labor de confeccionarla y ese fue el momentazo en el que todas las fuerzas políticas, independientemente de su color, aunaron fuerzas para un bien común, el consenso se impuso y se logró una maravillosa victoria de la que todos disfrutamos.
Sería maravilloso que todos los grupos políticos tuvieran esa capacidad de aunar esfuerzos en pro del consenso. Educación, Cultura y Sanidad, los tres pilares básicos del bienestar en cualquier sociedad, no deberían quedar al albur de la política, deberían ser consensuados por todas las fuerzas política en aras de un bien común, como la constitución, marcar unas normas que no las pueda cambiar el político oportunista de turno y esas normas o se cambian entre todos o no se cambian.
Enric Valor fue un referente en la cultura valenciana, trabajó en la normalización del léxico valenciano, su labor trascendió fronteras y por eso se merecía tener una calle en Mutxamel.
El problema no es cambiar el nombre de esta emblemática calle, el problema es la falta de consenso entre los que nos gobiernan y lo peor la falta de respeto a la cultura y a nuestra tradición, esta arbitrariedad a la hora de tomar decisiones crean tensión innecesaria entre los vecinos.
La Avenida Enric Valor ya fue ratificada en un pleno hace 18 años, y por eso me dan miedo estos cambios, porque cualquier partido con los suficientes votos podría cambiar el nombre de nuestra querida Rambla (Avda. Carlos Soler) por la Avenida Lenín o Avenida de la División Azul o peor aún, la Avenida de los Católicos Unidos,…
Joaquín García Morato fue un insigne piloto, que no merece ser politizado a pesar de que combatió en las filas nacionales en la contienda civil. Alicante le dio su nombre a una calle, que hace poco y en virtud de la memoria histórica, fue cambiada por el nombre de Miquel Grau, que queréis que os diga, tampoco me parece bien cambiar el nombre de una calle en virtud de los aires políticos que en este momento ondeen.
No os confundáis, no soy de derechas ni de izquierdas, pertenezco a un partido al que pertenece un montón de vecinos y vecinas, el partido de las cosas bien hechas, lógicas, consecuentes y consensuadas.
Faltaría más.
Txetxu “eldelconsenso” Guijarro