Hace tiempo que aprendí a reconocer a aquellos que confunden sus deseos con la realidad. Son personas que viven en un mundo paralelo, retorciendo los hechos para ajustarlos a sus esquemas mentales. Ocurre que, en algún caso aislado, la realidad acaba solapándose con ese mundo de ensueño, llegando a coincidir, a ser una misma cosa. Así de caprichoso es el destino y así de afortunados son esos ensoñadores individuos. Su ilusión acaba adquiriendo una inesperada esencia material.
Es lo que le ocurrió ayer a Pedro Sánchez, hasta ahora y a partir de ahora, Presidente del Gobierno de España. El que fuera forzado a dimitir como Secretario General del PSOE para posibilitar la gobernabilidad de nuestro país, se lanzó a la carretera en su propio vehículo, un Peugeot creo recordar, para reafirmar apoyos, ganar otros nuevos, y recuperar la preeminencia socialista. Y lo logró. Un tipo así debe ser tomado en serio, por más que muestre acusadísimos rasgos narcisistas y un endeble armazón intelectual. No sólo eso, sino que incluso fue capaz de alcanzar la Presidencia del Gobierno por una democrática puerta de atrás: una moción de censura, con el vergonzante apoyo de populistas, golpistas y proetarras.
Durante diez meses se entregó con ahínco a perfilar y construir su modelo ideológico, heredero del de Zapatero, con el objetivo de transformar a España en otra cosa bien distinta de lo que vino siendo hasta 2004. Y, hete aquí, que la mayoría de españoles decidieron ayer convertir la fantasía de Sánchez en programa de gobierno para los próximos cuatro años.
Podría yo afirmar que esto fue posible porque muchos españoles antes prefieren que les llenen los bolsillos con poco esfuerzo, a que existan las condiciones apropiadas para llenárselos ellos mismos con el fruto de su trabajo. O que los sistemas educativos vigente y precedentes, siempre socialistas, con un brevísimo paréntesis «wertiano», fueron caldo de cultivo suficiente para esta excrecencia electoral.
No obstante lo anterior, el afán de supervivencia del ser humano ha marcado su evolución desde que el hombre es hombre, y la mujer es mujer. Genéticamente estamos predeterminados a elegir lo mejor sobre lo peor, lo favorable antes que lo adverso, lo conveniente sobre lo perjudicial. Incluso con el juicio sesgado (entendiendo juicio como la facultad del ser humano por la que puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de lo falso), si al individuo se le propone una disyuntiva en la que una de las opciones sea claramente beneficiosa para él, dejará a un lado su sesgo, quizá con dificultad, con dudas, pero terminará eligiéndola.
Ante esta insoslayable constatación, los proyectos políticos alternativos a los de Sánchez no han resultado, no ya atractivos, sino ni tan siquiera han tenido apariencia de tabla de salvación para la mayoría de los votantes que ayer ejercieron su derecho al sufragio. En definitiva, el mérito de Sánchez es más bien demérito de otros.
Cuando hay un problema, tras reconocerlo, hay que analizarlo y afrontarlo, cuanto antes, mejor. Por lo que a mí me interesa, el Partido Popular debería estar ya en ello. Como sus nuevos dirigentes dicen bastarse ellos solos para tal labor, poco puedo yo decir a este respecto.
Pero algo puedo opinar en lo tocante al Partido Popular de Sant Joan d’Alacant. El próximo 26 de mayo tendrán lugar las elecciones municipales, a las que concurrirán más partidos políticos que nunca, muchos del espectro de centro derecha. No me cabe duda de que el proyecto de los populares de Sant Joan es el más beneficioso para los santjoaners: así queda acreditado por la gestión del exalcalde Aracil entre 2011 y 2015, y, por el programa electoral con el que nos presentamos a los comicios locales, con un amplio contenido social, y que concede mucha atención a la limpieza y embellecimiento de nuestro pueblo. De modo que, empujados por el instinto de supervivencia, y ejerciendo el correspondiente juicio crítico, los que hemos sufrido la negligencia del gobierno tripartito de Sant Joan, tenemos un alternativa sólida y de futuro en el Partido Popular.
No conviene mezclar churras con merinas: ni la política nacional es equiparable a la política local, ni todos los partidos políticos de centro derecha son iguales. El 26 de mayo se impone ejercer el derecho al voto en clave exclusivamente local, distinguiendo lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso, la gestión eficaz del postureo y la propaganda, dejando a un lado modas pasajeras y cantos de sirena.
Josema Valverde
Secretario Gral. Partido Popular de Sant Joan d´Alacant