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Desde que nacemos, las emociones forman parte de nosotros/as y nos acompañan durante toda nuestra vida. Sin embargo, nadie nos explica qué son, para que sirven, qué me están diciendo, o cómo las puedo utilizar.
Según las experiencias que vamos teniendo en la vida, vamos actuando y sobreviviendo emocionalmente. No obstante, si desde pequeños/as nos enseñaran a identificar las emociones, a interpretarlas, a utilizarlas con conductas adecuadas, a gestionarlas y disfrutar de ellas. ¿Cuáles serían nuestros resultados? Al saber interpretarlas y gestionarlas nosotros/as tenemos el mando, somos nosotros/as los/las que controlamos a las emociones y no al revés. ¿Las emociones nos ayudarían o nos entorpecerían? Si aprendemos a interpretarlas y a saber qué nos quieren decir, las emociones nos ayudarán a avanzar y a elegir la conducta que nos beneficia. ¿Cómo solucionaríamos las circunstancias que se nos presentaran? Las solucionaríamos de manera eficaz, ante una situación que, por ejemplo, nos asuste o nos dé miedo, nos pararíamos para observar qué es lo que me está dando miedo y realizaría la conducta constructiva, la que me hace avanzar, no la que me limita, que lo que hace es paralizarme y quedarme anclado a ese miedo.
No solo hay que nutrir el hemisferio izquierdo, que es la parte racional, también hay que nutrir el hemisferio derecho, que es la parte emocional, para que haya un equilibrio entre las dos partes y de esta manera poder conseguir el éxito tanto personal como profesional. Para ello, hay que educar desde bien pequeños/as la parte emocional tanto en casa como en el colegio, porque hasta ahora solo se había educado la parte racional.
Si quieres que tu hijo/a empiece a desarrollar su inteligencia emocional, apúntala/o al MÓDULO 1: DESCUBRIENDO MIS EMOCIONES. Conoceremos nuestras emociones, las interpretaremos, aprenderemos a utilizar conductas adecuadas, a gestionarlas y sobre todo a disfrutar con ellas.
“EDUCAR LA MENTE SIN EDUCAR AL CORAZÓN, NO ES EDUCAR EN ABSOLUTO”
ARISTÓTELES
