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El 16 de septiembre de 1991 está grabado a fuego en cada uno de nosotros. Es cierto que no pasa un día sin que recordemos esa fecha nefasta y cómo quebró nuestras vidas para siempre. Perdimos a Jose Luis pero también es cierto que pasó a estar presente a cada momento en nuestras vidas y atesoramos cada momento con él y lo recordamos con alegría. Damos las gracias a Dios cada día por el tiempo que pudimos disfrutar de su compañía y sonreímos cuando encontramos detalles de Jose en cada uno de los que quedamos. Jose Luis era un joven de 28 años apasionado de la vida, de las motos, de la música y de su trabajo. Y fue precisamente desarrollando su actividad vocacional como lo perdimos. Pero tenemos la suerte de ser Cristianos y nos fijamos en la vida de Jesús para salir adelante. Él también murió joven. Y vemos a su Madre María, sufriendo a su lado pero que se alegra, como nosotros, al verle resucitado el Domingo de Pascua. Queremos agradecer desde aquí a todo el pueblo de Mutxamel que nos ha mostrado su cariño en cada paso, a nuestra comunidad parroquial y los sacerdotes que han pasado por ella y a las diferentes corporaciones locales que se han implicado con nosotros y con nuestro dolor durante estos 25 años. Sentirnos acompañados ha supuesto un enorme alivio. Siempre estaréis con nosotros, Jose Luis, Victor y Francisco. Muchas gracias a todos.
